Despertando a la Filosofía

¿Qué es la libertad?

Episodio:

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En este episodio de 'Filosofía para Vivir', Erick explora la complejidad del concepto de libertad. Desde la libertad negativa, definida como la ausencia de restricciones externas, hasta la libertad positiva, que cuestiona si nuestras decisiones están condicionadas por la sociedad y la cultura en la que vivimos, se analiza cómo estos factores moldean nuestra percepción de ser libres.

El episodio aborda también el debate filosófico entre determinismo e indeterminismo, examinando la idea de que todas nuestras acciones podrían estar predestinadas por leyes naturales o, por el contrario, influenciadas por un margen de incertidumbre cuántica. Erick reflexiona sobre la ilusión del yo y la posibilidad de una libertad transpersonal, una experiencia de libertad que trasciende el ego y se asocia con la espontaneidad y la naturalidad.

(00:00) ¿Qué es la libertad?

(01:22) Concepto de libertad negativa

(03:18) Libertad positiva y condicionamientos sociales

(10:04) Determinismo vs. Indeterminismo

(15:02) La ilusión del yo y la libertad transpersonal

(20:51) Conclusión y despedida

¿Existe la libertad o sólo es una ilusión? ¿Qué implica ser libre en un mundo con tantas limitaciones? ¿Qué significa la libertad espiritual? En este episodio, responderemos a todas estas preguntas y otras más.

Hola a todos, bienvenidos a un nuevo episodio de Filosofía para Vivir. En esta ocasión, me gustaría hablarles de un tema que creo es fundamental para todas las personas: la libertad. La libertad es una palabra que está muy manoseada, como muchas otras, y que realmente puede llegar a ser bastante vaga. La usamos en todo momento a lo largo de nuestra vida, en múltiples usos y escenarios.

Hablamos, por ejemplo, de liberarnos de una emoción negativa o de un pensamiento tóxico. Hablamos de liberarnos de otras personas o de una estructura opresiva, como un gobierno fascista. Quizá hablamos de liberarnos en el sentido de escapar o también en términos de una libertad espiritual, donde se habla de maestros liberados. Pero, ¿qué significa todo esto? ¿Cómo podemos empezar a desentrañar este misterio que es la libertad? Acompáñenme en este episodio para que les cuente un poco acerca de todos estos temas.

Una primera aproximación al tema de la libertad sería tratar acerca de cómo existen cierto tipo de experiencias que no están siendo limitadas o que no están siendo obstruidas por ninguna cosa o persona. Esta es una manera en la que solemos pensar la libertad. Frecuentemente decimos que somos libres cuando no nos encontramos a merced de alguien, cuando, por ejemplo, nadie nos prohíbe hacer determinada cosa o nos limita para llevar a cabo alguna actividad. Por ejemplo, si ustedes están en este momento en el salón de sus casas y quieren levantarse a por un vaso de agua, se darán cuenta de que pueden hacerlo sin que alguien les diga que no pueden. Ese sería un concepto de la libertad que en la filosofía suele conocerse como libertad negativa. ¿Qué sería una falta de libertad en ese sentido? Sería, por ejemplo, estar en una situación donde alguien nos impide hacer algo, como en la escuela o en el trabajo, donde se nos dice que está prohibido. En ese caso, habría una limitación con respecto a nuestra actividad, a nuestro poder para hacer algo. Desde un punto de vista político, podríamos decir que una falta de libertad en este sentido se presenta en ciertos sistemas sociales fascistas o en sistemas que no permiten a las personas realizarse a sí mismas, utilizando la policía o la violencia para intimidar y generar miedo, creando una experiencia constrictiva y asfixiante. Este es un primer modo de entender la libertad.

Sin embargo, muchos filósofos a lo largo de la historia han dicho que la libertad no puede ser capturada únicamente por esta forma negativa de verla, sino que también implica algo positivo. Esto se dice porque muchas veces pensamos que estamos actuando de acuerdo con un deseo o una creencia, pero estos están condicionados por la sociedad en la que nos criamos. Sabemos que existimos en un tiempo específico, en México, en Venezuela, en España, o en cualquier país. Llegamos a un mundo que ya está interpretado y entendido de cierta manera, con ciertas reglas, modos de comportarse y códigos que heredamos. Es decir, nos dan un programa de software que nos insertan y por el que nos regimos sin cuestionar lo que dice. En esos casos, diríamos que hay libertad negativa en el sentido de que podemos hacer ciertas cosas sin que nadie nos lo impida, pero puede no ser algo que hayamos decidido racionalmente, o algo que realmente queramos hacer. Esto se relaciona con la autenticidad, un sentimiento de que no encajamos con los patrones que se nos imponen.

Un filósofo como Michel Foucault habló bastante sobre el poder, y cómo este no siempre se ejerce de manera directa. El poder puede ser invisible, influenciando nuestra mente, nuestra forma de pensar y nuestra visión del mundo. En este sentido, el poder puede ser visto como el titiritero que mueve los hilos de nuestras vidas. Entonces, considerando esto, podemos entender la libertad no sólo como la ausencia de límites, sino también como la capacidad de tener características personales que nos permitan decir "sí, aquí hay libertad".

Por ejemplo, se nos ha dicho que la libertad implica poder controlar nuestras pasiones, deliberar racionalmente, y pensar antes de actuar. Esto nos lleva a un ejemplo controversial, como las mujeres en ciertos países de los Emiratos Árabes, donde la cultura y la religión las llevan a vestirse de una manera específica o adoptar ciertos comportamientos. En Occidente, esto se critica porque se dice que estas mujeres están siendo oprimidas. Algunas personas podrían argumentar que estas mujeres son libres porque pueden elegir seguir esas normas incluso cuando están en otros países. Pero otros dirían que eso no es libertad, porque no es una decisión que tomaron por sí mismas, sino que está condicionada por un lavado de cerebro cultural.

Tenemos un inconsciente que ha sido colonizado por otros, y no nos damos cuenta de ello, incluso cuando proclamamos que estamos actuando libremente. En relación con este tema de la sociedad y la libertad, también podemos hablar de cómo la interacción con otras personas puede limitar nuestra libertad. Hay eremitas y ascetas que se alejan de la sociedad para ser libres, porque cuando estamos en sociedad, nos vemos limitados consciente o inconscientemente por la presencia de otros que nos vigilan, evalúan o juzgan. Esto es algo que ya traté en otro podcast, relacionado con la dialéctica del amo y el esclavo de Hegel y la idea de Sartre de ser "cociados" por otra conciencia. Esto significa que, al ser observados, no podemos comportarnos con naturalidad ni libertad.

Por otra parte, hay una cuestión sobre la libertad que no tiene tanto que ver con el aspecto social o político, sino más con un sentido metafísico. Para algunas personas, la libertad no sería posible porque supondría que estamos exentos de las leyes de la naturaleza. Según estas leyes, todo en el universo está determinado por causas y efectos. Si pudiéramos conocer todos los detalles del universo, podríamos predecir el futuro, ya que todo está determinado. Esto es lo que se conoce en filosofía como determinismo.

Sin embargo, existe otra opción llamada indeterminismo. Algunos se basan en la física cuántica para argumentar que el universo es probabilístico y no determinista. Aun así, esto no significa que seamos libres, ya que nuestras decisiones podrían estar determinadas por movimientos físico-químicos del cerebro. Esta idea de que no somos libres puede resultar chocante para muchas personas que sienten que toman sus decisiones. Pero la pregunta es: ¿realmente tenemos la experiencia de ser libres? La meditación es un buen ejemplo para reflexionar sobre esto, ya que nos muestra cómo surgen pensamientos y emociones sin nuestra intervención consciente.

Esto puede resultar chocante porque revela que no controlamos nuestros pensamientos ni emociones, que surgen por sí mismos. Esto nos lleva a cuestionar la existencia del "yo" como un ente controlador. Los budistas dirían que el ego es una ilusión y que no hay un "yo" que piense los pensamientos. Todo está fluyendo, los pensamientos surgen por sí mismos, y nosotros no los controlamos.

Esta idea de que no somos libres puede parecer pesimista, pero también nos ofrece una visión de libertad que va más allá del ego. Un ejemplo ilustrativo es el dilema del ciempiés, que muestra cómo, al sobrepensar, perdemos la naturalidad y agilidad en nuestras acciones. Las experiencias más profundas de libertad no tienen que ver con un "yo" controlador, sino con una sensación de ligereza y fluidez. En esos momentos, no hay un control externo, sino una naturalidad en la experiencia.

La libertad puede entenderse como algo más que la capacidad de decidir conscientemente. Los músicos y deportistas de élite experimentan estados de flujo, donde sus movimientos y acciones surgen de manera espontánea y sin esfuerzo consciente. Esta es una forma de libertad que va más allá del ego, relacionada con la improvisación y la experimentación. Es similar al juego cósmico en el hinduismo, donde las olas del mar o las nubes en el viento se mueven de manera natural y espontánea.

La liberación espiritual y la iluminación tienen que ver con esta libertad transpersonal. Los maestros liberados son aquellos que han superado el ego. Las otras formas de libertad, como la negativa y la positiva, tienen su lugar y son útiles para entender nuestra experiencia cotidiana y política de libertad. Pero para una libertad más profunda y espiritual, esta última forma es quizás la más satisfactoria.

Esto sería todo por el momento. Les doy muchas gracias por haber escuchado el episodio de hoy. Recuerden que si quieren conocer más episodios, pueden suscribirse al podcast. También, si quieren leer los artículos que escribo sobre estos temas, pueden visitar la página de Filosofía para Vivir en Despertar.com. Además, los invito a seguir las redes sociales de Filosofía para Vivir en Facebook, Twitter e Instagram, para ver más contenidos relacionados con el podcast, los artículos y todo lo que estoy haciendo. ¡Muchas gracias y les mando un abrazo! ¡Chao!