Descarga Nuestra Guía Gratuita para Manejar la Ansiedad
Nuestra guía práctica está diseñada para ofrecerte técnicas eficaces y accesibles para reducir la ansiedad y mejorar tu bienestar.
¿Realmente vale la pena vivir si todo se terminará un día? Tal vez te hayas hecho esta pregunta en algunas etapas de tu vida, e incluso hayas sentido un gran malestar al tratar de darle una posible respuesta. El tema de la relación entre la vida, la muerte y el sentido es profunda, y toca aspectos muy íntimos del corazón humano.
En este artículo exploraré algunos de sus aspectos principales, ofreciendo así una clarificación del problema. Espero ayudarte con ello a entender diversos aspectos de tu propio viaje personal.
La consciencia de nuestra mortalidad como preocupación existencial
La muerte está presente en nuestro ser desde el mismo nacimiento. ¿Por qué? Porque nacer implica haber sido marcado por el paso del tiempo. Después de todo, no es posible existir en este mundo sin experimentar su efecto desgastante sobre el cuerpo, el cual se debilita lentamente con el transcurso de los años. Eventualmente cada uno de nosotros se extinguirá y dejará de moverse, dejando atrás un cadáver sin palabras, anhelos o temores.
Los animales pasan por este proceso de manera inconsciente. Van sintiendo cada momento de su vida sin tener consciencia de cómo ella se agotará en un futuro. Disfrutan sus alimentos sin pensar repentinamente en el fin de sus placeres terrenales, o se tiran en el campo para gozar el sol de verano sin necesidad de angustiarse por su mortalidad.
El ser humano no está libre de estas preocupaciones. En él existe un fuerte conocimiento de su propia existencia —a eso le llamamos autoconsciencia— así como de su estancia limitada en este mundo. Tiene consciencia de su propia muerte.
El miedo a la muerte. De Epicuro a la Teoría del Manejo del Terror (TMT)
Curiosamente, la consciencia de morir se nos aparece solamente como una posibilidad, pues nunca llegaremos a vivirla directamente, aunque sí la experimentemos indirectamente a través del fallecimiento de otras personas. Es como decía el filósofo griego Epicuro:
La muerte no es nada para nosotros porque, mientras vivimos, no existe la muerte, y cuando la muerte existe, nosotros ya no somos.
Para Epicuro esta idea era muy alentadora. No tenemos porqué preocuparnos por morir porque esa es solo una idea abstracta. En realidad nunca vamos a conocer ese estado, pues al llegar a ella habremos desaparecido. La muerte no se sufre porque no se siente… Estar en ella es como estar antes de haber nacido.
Y, sin embargo, existe una fuerte resistencia a aceptar este horizonte final. Muchas personas se rehúsan a pensar en él, o son desbordadas por una profunda angustia cuando reflexionan seriamente en torno a su realidad. Esta tendencia ha sido explicada por un modelo conocido como Teoría del manejo del terror (TMT):
Esta teoría ha mostrado —a través de una serie de interesantes experimentos psicológicos— cómo el ser humano emplea mecanismos defensivos como la negación y la racionalización al ser forzado a reconocer su mortalidad personal.
¿Pero acaso no nos exponemos continuamente a esta idea a través de películas o novelas en donde se muestran asesinatos, a veces de forma intensamente gráfica? Para la TMT este tipo de productos culturales son formas de exponernos a la muerte sin necesidad de sentirnos tocados a un nivel personal por ella. Ese tipo de exposiciones no nos llevan a reflexionar auténticamente acerca de este fenómeno, y, por ello, no sacuden realmente nuestro interior.
¿Qué tan frecuentemente piensas en la muerte? ¿Cómo te sientes al visualizar seriamente su aparición, ya sea en relación contigo mismo o con personas cercanas a ti? Al llevar a cabo este ejercicio podrás darte cuenta de cuál es tu actitud ante este ineludible destino.
¿La muerte borra el sentido de nuestra vida?
Un temor vinculado al proceso de morir está asociado con el sentido de nuestra vida. ¿Para qué hacer algo si todo se terminará un día? ¿Por qué esforzarse tanto si un día todos mis logros habrán desaparecido en el oleaje del tiempo?
Esta es una inquietud frecuente en ciertas crisis existenciales, presentándose como un sentimiento de profunda desesperanza. Nos hace sentir como si toda nuestra existencia fuera meramente un sueño, pues eventualmente desaparecerá y eliminará todo el significado cosechado a lo largo de ella. El escritor ruso León Tolstoi mostró de manera muy clara dicho sentimiento cuando escribió:
¿Hay algún sentido en mi vida que no será aniquilado por la inevitable muerte que me espera?... Hoy o mañana vendrán la enfermedad y la muerte... y nada quedará excepto el hedor y los gusanos. Tarde o temprano mis actos, sean cuales sean, serán olvidados y ya no existirán.
La ansiedad expresada por Tolstoi lo condujo a una fuerte depresión espiritual, de la cual salió hondamente transformado. ¿Por qué estos pensamientos condujeron al escritor a tal grado de desesperación? Porque en ellos estaba oculta una premisa filosófica muy importante: la idea de percibir valor en algo sólo en la medida en que nunca se termina. Es tratar de hallar un sentido absoluto y eterno en un mundo en el que todo parece ser extremadamente frágil.
Esta necesidad de inmortalidad se ha hecho ver a lo largo de la historia como un esfuerzo por seguir viviendo, aún cuando sólo sea a través del recuerdo de otras personas. ¡Si tan solo mi nombre pudiera resonar durante siglos y milenios! Eso dirán algunas personas, mientras envidian a nombres como Alejandro Magno o Buda.
Pero el triste caso es que ni siquiera esos héroes serán eternos. Todo se acaba eventualmente. El mismo tiempo de vida de la humanidad no se compara con la duración del universo, el cual eventualmente tendrá su propio fin (aunque no sabemos si otros universos más continuarán naciendo tras él). Nuestra influencia no será recordada por siempre, y, para muchos de nosotros, ni siquiera durará un gran rato después de fallecer.
Para hacer más vívidas estas ideas puedes intentar hacer un experimento mental. Imagina qué pasaría si el apocalipsis estuviera a punto de llegar en unos pocos años. ¿Eso le quitaría sentido a tus propósitos actuales de vida? ¿Ya no verías el caso de escribir tu libro porque ya no podrías pasar a la historia como un autor clásico? ¿Encontrarías absurdo seguir plantando árboles o continuar ejercitando tus pasiones?
A través de este ejercicio podrás meditar acerca de tus sueños y objetivos de una manera mucho más intensa.
Encontrando sentido en el momento presente
¿Qué tal si el sentido de la vida no se halla en algo eterno sino en algo transitorio? Esta pregunta radical nos abre a un modo totalmente diferente de entender el valor de una experiencia. Nos permite ver por qué algo no necesita durar para siempre para tener significado e importancia.
De hecho te invito a pensar qué hace especial a una experiencia. ¿Acaso no es el hecho de haber ocurrido en un momento específico del tiempo?
Tomemos un acto como hacer el amor:
Durante una relación sexual aparecen muchos momentos distintos: el momento de las caricias y las miradas, o el momento de los coqueteos y los actos furtivos de erotismo. Todo va ocurriendo con un ritmo, casi como si fuera una melodía. Hay un inicio, un intermedio y un final para cada acto. Lo mismo ocurre cuando comemos, pintamos o hacemos cualquier otra actividad placentera. ¿Te imaginas qué se sentiría comer siempre, o no dejar de bailar nunca? Eso sería más parecido a un infierno.
Los períodos importantes de nuestra existencia son valiosos precisamente porque tienen una fecha de caducidad. A veces quisiéramos aferrarnos a ellos por siempre, mas eso es solo una ilusión. En realidad nos sentiríamos cansados y aburridos de algo así, pues tal perpetuidad nos robaría cualquier posibilidad de transformación creativa.
El interés por preservar algo eternamente solo surge cuando no valoramos la profundidad del momento presente. Es ahí en donde surge el sentido. A esa atención constante se le ha llamado apreciación experiencial, haciendo referencia con ello a una conexión fundamental con el universo, y con nuestro propio ser, a través de una atención cuidadosa centrada en el ahora.
Aceptar el hecho de que el sentido sólo es capaz de ocurrir en el tiempo implica aceptar también su naturaleza efímera, recibiendo con gratitud la existencia de cada evento amoroso, creativo o dulce. ¿Cómo podemos comenzar a vivir plenamente esta inmersión plena en el presente? Para ello nos es posible llevar a cabo prácticas de meditación.
Memento Morí y Carpe Diem. Pensar en la muerte para aprovechar la vida
La expresión Memento Mori es una frase en latín cuya traducción es “recuerda que vas a morir”. Con esta frase se pretende recordarle al ser humano su limitación esencial. Fue una frase comúnmente empleada en la historia del arte, sobre todo en la pintura de bodegones.
¿Por qué nos es importante recordar el hecho inevitable de la muerte? Porque de esa manera somos capaces de vivir de una manera mucho más consciente. De ahí que el Memento Mori pueda acompañarse del Carpe Diem “Aprovecha el día”.
¿Cómo puedes aprovechar el día? Encontrando sentido en pequeños detalles cotidianos y llevando a cabo acciones capaces de encender tu pasión. Vive con intensidad cada momento del presente, pues esos instantes tienen su propia eternidad.
Conclusiones
Frecuentemente rehuimos de la muerte porque nos sentimos espantados ante la posibilidad de ver borrada eventualmente nuestra existencia. Por ello procuramos evadir el tema de múltiples maneras. Sin embargo, en ciertos momentos de crisis existencial algo se despierta en el interior...
Es una pregunta acerca de cómo esta consciencia de nuestra mortalidad tiene un efecto sobre cómo vivimos. Ahora bien, uno de esos efectos está relacionado con el problema del sentido.
¿La vida carece de sentido por el hecho de morir? Pensar así es asumir que algo tiene más valor por el hecho de durar mucho tiempo. ¿Pero qué pasa si es al contrario? ¿Qué ocurre si nuestra fuente de sentido espiritual no se encuentra en la duración sino en el instante presente?
Entonces podemos comenzar a aceptar a la muerte, y, con ella, a la vida.
Preguntas Frecuentes:
¿Por qué la conciencia de la muerte es una preocupación existencial?
La conciencia de la muerte es una preocupación existencial porque implica reconocer la temporalidad y finitud de nuestra existencia, lo cual puede generar ansiedad y miedo al enfrentar nuestra mortalidad.
¿Cómo afecta la muerte al sentido de la vida según Epicuro?
Epicuro argumentaba que la muerte no debe preocuparnos porque no la experimentaremos directamente. Mientras vivimos, la muerte no está presente, y cuando llega, ya no existimos para sentirla. Por lo tanto, según Epicuro, la muerte no debería influir en nuestro sentido de la vida, ya que su inevitabilidad no impacta nuestra experiencia directa y consciente de vivir.
¿Por qué la gente evita pensar en la muerte?
La gente evita pensar en la muerte porque enfrentarse a la propia mortalidad puede generar angustia y miedo, por lo que muchos prefieren evitar el tema para mantener su bienestar psicológico.
¿Cómo influye el miedo a la muerte en nuestras acciones y decisiones?
El miedo a la muerte puede influir en nuestras acciones y decisiones al motivarnos a buscar formas de dejar un legado duradero o a evitar pensar en la mortalidad mediante la negación y la distracción.
¿Qué significa "Memento Mori" y cómo puede mejorar nuestra vida?
"Memento Mori" significa "recuerda que vas a morir" en latín. Recordar nuestra mortalidad puede motivarnos a vivir de manera más consciente y a aprovechar cada día (Carpe Diem), valorando los pequeños detalles y las experiencias cotidianas.
¿Cómo pueden las prácticas de meditación ayudar a aceptar la mortalidad?
Las prácticas de meditación pueden ayudar a aceptar la mortalidad al fomentar la atención plena y la aceptación del presente. Esto puede reducir la ansiedad relacionada con el futuro y la muerte, permitiendo una mayor conexión con el aquí y ahora.
¿Qué es una crisis existencial y cómo se relaciona con el sentido de la vida?
Una crisis existencial es un período de profunda reflexión y duda sobre el propósito y el sentido de la vida. Esta crisis puede surgir al enfrentar la mortalidad y puede llevar a una reevaluación de los valores y objetivos personales.
¿Cómo puede el arte ayudar a enfrentar la muerte?
El arte, especialmente las obras que exploran temas de mortalidad y transitoriedad, puede proporcionar una forma de procesar y expresar los sentimientos sobre la muerte, ofreciendo consuelo y nuevas perspectivas.
Referencias
- Yoshizawa, F. (2015). Death and the meaning of life: A critical study of Metz’s meaning in life. Journal of Philosophy of Life, 5 (3), 134-149.
- Pianalto, M. (2024). What’s the point if we’re all going to die? Pessimism, moderation, and the reality of the past. Journal of Philosophy of Life, 14 (1), 14-34.
- Frugé, C. (2024). Permanent value. Journal of Philosophy of Life, 14 (1), 1-20.
Despertando a la Filosofía
Este artículo forma parte de un proyecto liderado por Erick Güitrón, dedicado a explorar y difundir conocimientos en el ámbito de la filosofía. Además de artículos como este, el proyecto incluye un podcast, ebooks y servicios de consultoría, todos diseñados para profundizar en temas filosóficos y aplicar estos conocimientos a la vida cotidiana.