¿Qué es ser consciente? Cultivando una consciencia pura.

La consciencia es el espacio silencioso en donde todo nace y tiene su fuente. En este artículo exploro sus características y te explico por qué es tan extraordinaria.

28/7/2024
·
8 min
·
Erick Güitrón
¿Qué es ser consciente? Cultivando una consciencia pura.
Despertando a la Filosofía

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¿Qué es una consciencia plena? ¿Cómo cultivarla? En esta publicación estaré reflexionando en torno a estas preguntas. Al final nos daremos cuenta de cómo nuestra experiencia en este mundo tiene el potencial de ser expandida exponencialmente cuando eliminamos el ruido mental de nuestra vida cotidiana y le damos espacio al silencio infinito de una consciencia pura. 

¿Qué es la consciencia? Una palabra con muchos significados…

En primer lugar es importante pensar a qué nos estamos refiriendo con el término de consciencia. Existe mucha confusión al respecto. 

¿La consciencia es una cuestión moral, como cuando acudimos a una voz interior para indicarnos si nuestra manera de actuar fue correcta o incorrecta? ¿Hace referencia al conocimiento de uno mismo, como cuando le decimos a alguien “eres una persona muy consciente? ¿Está asociada necesariamente a la atención con respecto a un pensamiento o una emoción?

A lo largo del artículo te mostraré cómo todos estos sentidos de la palabra están relacionados con uno muy fundamental: la consciencia es la capacidad para tener experiencias. 

Ahora bien, el tema es complejo y fascinante. De hecho fue parte de mi tesis de licenciatura en filosofía. ¿Y qué creen? Entre más me metí a estas cuestiones más me di cuenta de que ellas tenían una profundidad imprevisible. Es como le hace ver Trinity a Neo en Matrix: uno no sabe qué tan honda es la madriguera del conejo si no se introduce a ella. Bueno, yo me metí a esa madriguera.

Me di cuenta de cómo la consciencia es el tema más fundamental para cualquier ser humano —o, en todo caso, ser sintiente— pues de él depende el campo entero de nuestra existencia. 

También vi cómo ha sido un tema de gran interés para la filosofía, la psicología cognitiva, la neurociencia, la inteligencia artificial, la física, y, en general, cualquier disciplina humana. ¡Y, sin embargo, nadie parece ponerse de acuerdo en qué significa!

¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué parece un problema tan difícil de resolver? Desde mi perspectiva no es algo complicado. En realidad es muy sencillo… Y solo nos damos de topes cuando nos acercamos a ella desde un punto de vista equivocado. 

¿La consciencia es igual al cerebro?

Muchos científicos están obsesionados con reducir nuestra consciencia al cerebro. Están tratando de convertirlo en un objeto:

Pesarlo, medirlo o visualizarlo a través de instrumentos de neuroimagen. Y han dado muchas hipótesis de cómo la consciencia podría explicarles a través de esos medios. Y, sin embargo, todo eso no pareciera ser suficiente. 

El problema es que una experiencia pareciera ser algo subjetivo. Cuando tenemos un dolor esa sensación es absoluta: en el momento de tenerla uno sabe qué es tener un dolor. Es un fenómeno interior, pues sólo es posible conocerlo desde adentro. 

El dolor no necesita relacionarse con nada para doler. El dolor solo es dolor… Y por eso no es posible explicarlo. 

Imagina tratar de decirle a una persona qué se siente una experiencia así si nunca la ha vivido (tal vez porque es incapaz de tener esa experiencia, si queremos poner un escenario imaginario). No lo podrá hacer. Trata de pensar en cómo le explicarías a un ciego qué se siente ver el color azul. ¿Cómo lo harías? 

Te darás cuenta de cómo no es posible. La única manera de hacerlo consistiría en usar metáforas o analogías, y, aun así, no lograrías transmitir realmente qué se siente percibir el azul.  

A eso me refiero con que esas experiencias son absolutas. No es posible relacionarlas con nada. Valen por sí mismas. 

Sin embargo, la ciencia sólo conoce relaciones. Sabe cómo se relaciona A, con B, con C… Para formar una cosa. Es capaz de hablar de estructuras muy complejas. (Solo piensen en la estructura del ADN, o del mismo cerebro). Sabe muy bien cómo se conectan múltiples neuronas, o cómo se transmiten corrientes de energía a lo largo del sistema nervioso. 

Y, aún así, no entiende cómo eso produce una experiencia específica. No por mucho conocer cómo funciona el sistema nervioso de alguien vas a poder decir cómo se siente ser esa persona. Para ello sería necesario meterse en su piel para ser ella misma… 

Es lo que en otro artículo he llamado la cuestión del ser. Hay ciertos conocimientos que solo pueden ser obtenidos cuando llegamos a serlos. Por ejemplo, solo es posible conocer el amor siendo una persona enamorada… 

La consciencia parece ser algo especial. 

Para entender mejor esto veamos la diferencia entre lo que se han llamados los problemas fáciles de la consciencia frente al problema difícil de la misma:

El problema difícil de la consciencia. ¿Por qué existe la experiencia subjetiva?

Todos nosotros estamos familiarizados con la experiencia subjetiva. Es la manera en que se siente ser nosotros mismos. Es como cuando alguien dice “tengo calor” cuando todos los demás parecen tener frío. O cuando ves a tu perro y te parece bellísimo, aunque los demás tal vez no lo perciban así… 

Por el contrario, algo objetivo hace referencia a un fenómeno público.  A un fenómeno independiente de cómo te sientas o cómo entiendas el mundo. De eso habla la ciencia cuando nos explica cómo funciona el sistema solar o un corazón. 

El problema difícil de la consciencia habla precisamente acerca de cómo se siente tener una experiencia: un dolor, un orgasmo, una emoción… 

Por otro lado, los problemas fáciles de la consciencia se refieren al proceso físico por el cual se producen esas vivencias específicas. Por ejemplo, la manera en que la luz impacta ciertas células en los ojos o ciertas zonas del cerebro se activan cuando se sufre con una muela descompuesta. 

Es fácil darse cuenta de por qué no es lo mismo. 

Una cámara fotográfica es capaz de captar fotones (partículas de luz) sin ver nada. No es capaz de disfrutar con un atardecer o un cuadro. Por otro lado, un termómetro registra fácilmente la temperatura sin por ello sentir calor. 

Procesar información es algo diferente a sentir esa información como una experiencia. 

Ese es el motivo fundamental por el cual nadie ha podido explicar cómo se origina una sensación consciente a partir de un cableado neuronal. ¿Cómo es que una frecuencia específica se convierte en un sonido, o en un color? ¿Cómo es que una corriente eléctrica se transforma en un poema?

Ese es el problema fundamental. 

Resolviendo el misterio de la consciencia: una respuesta desde la filosofía y la espiritualidad:

En alguna medida la consciencia sólo resulta misteriosa cuando tratas de reducirla a una cosa. El motivo, como veíamos antes, es que una experiencia nunca llega a ser observada. Nunca llega a convertirse en un objeto de investigación, como podría ser un átomo, una molécula o un planeta. 

¿Pero entonces en dónde está?

Para el pensamiento hinduista la consciencia se halla en el fondo de todas nuestras experiencias. No es observada porque ella misma es fuente de toda observación. 

Para entender mejor esta idea piensa en lo siguiente:

¿Qué pasa si te colocas frente a un espejo y miras tu cabeza? Podrías decir: “Ah, mi consciencia está dentro de mi cabeza”. Eso parece ser muy natural desde un punto de vista según el cual todo se genera en nuestro cerebro. Pero es fácil ver cómo esto suena muy extraño…

De hecho pareciera ser al revés. 

¿Acaso no eres consciente de tu cabeza? En esa medida tu cabeza estaría dentro de tu consciencia. 

¡Qué extraordinario! Es como si todo se invirtiera. La consciencia no aparece frente a ti porque en algún sentido es como si estuviera detrás de ti: la consciencia te hace posible ser consciente de tu cabeza, tu cuerpo, el espejo y el resto del mundo…

A esto se refieren los hinduistas cuando hablan de nuestra consciencia como el observador y no como lo observado. ¿Y qué pasa si tratas de observar a la consciencia y convertirla en un objeto específico? ¡Entonces aparece nuevamente un observador!

A este proceso por el cual nos tratamos de auto observar se le llama autoconsciencia. Mas la autoconsciencia no es la consciencia, ni nunca podrá serlo.

La consciencia misma sólo puede estar en el fondo porque esa es su naturaleza… 

¿Pero entonces cómo la conocemos en sí misma? 

Conociendo a la consciencia pura.  

Para muchos filósofos a lo largo de la historia la consciencia se ha reducido únicamente a sus contenidos: ser consciente de un deseo, de un sentimiento, de un pensamiento… A ello se le ha conocido como la intencionalidad de la consciencia. 

En otras palabras, el hecho de que ella parezca dirigirse hacia algún tipo de contenido, sea sensorial, intelectual, emocional o de cualquier otro tipo. 

Pero el pensamiento oriental ha conocido desde hace milenios una consciencia mucho más simple y pacífica, a la cual han denominado como consciencia pura. ¿Qué es la consciencia pura? Un espacio totalmente vacío y silencioso de pura presencia. 

Es una consciencia cuyo único contenido es la consciencia misma. 

Ahora bien, ¿cómo se alcanza este espacio? Una manera milenaria de hacerlo es a través de la meditación, a través de la cual es posible llegar a estados de interiorización tan profundos que se pierde el cuerpo, la identidad y el mismo mundo…

Para tener una idea de qué tan extraordinaria llega a ser esa experiencia véase esta anécdota contada por un meditador avanzado en el libro de Thomas Metzinger “The Elephant and the Blind. The Experience of Pure Consciousness: Philosophy, Science, and 5000+ Experiential Reports”:

Me despierto en un espacio sin tiempo ni dimensiones. No tengo cuerpo y no puedo percibir objetos. Los pensamientos apenas se forman, no pueden aferrarse a nada. No hay memoria. No sé nada sobre mí mismo. Tampoco tengo ninguna concepción de humano, ser vivo, vida, mundo, etc. Solo hay consciencia de que soy. Nada sucede. Descanso en esta consciencia y soy uno con ella.

¿Suena aterradora esta experiencia, como si se estuviera hablando de la muerte?  En algún sentido es así. Y, sin embargo, esta vivencia ha sido reconocida históricamente como una de perfecta paz, unidad y  perfección.

Para muchos es el estado más absoluto que pueda obtenerse. Los hinduistas le llamaban Brahman. Para los budistas es el Nirvana:

Es una realidad en donde solo hay ser. 

Ahora bien, la consciencia pura no necesariamente implica perder el contacto con el mundo o con los objetos. En muchas situaciones ambos estados pueden coexistir. 

Entonces este espacio vacío se convierte en una suerte de fondo que anima y hace más bella toda la existencia, tal y como lo veremos a continuación. 

Características de una consciencia pura o consciencia plena 

El libro de Metzinger resulta extraordinario porque lleva a cabo una descripción muy precisa de los estados de consciencia pura, en buena medida gracias al gran número de reportes recogidos de personas que han pasado por este estado. ¿Qué características forman parte de él? 

A continuación menciono alguna de ellas, acompañadas por citas de personas reales en el estudio de Metzinger:

Paz:

El estado de consciencia pura es uno de paz total, sin conflictos ni perturbaciones. Es un espacio totalmente equilibrado y estable. Ello ocurre tanto si se conserva la percepción del cuerpo y del mundo como si se mantiene:

Todas las fronteras son levantadas. La respiración ocurre, profunda calma y paz interior…. 

Silencio:

Un silencio absoluto es descrito de manera muy frecuente. Este silencio no necesariamente debe ser entendido en un sentido acústico tradicional. Más bien en una manera de describir su quietud total, así como su neutralidad: 

Una experiencia de caída, primero queriendo apegarse a algo, luego dejando ir más y más… Profundo silencio… La oscuridad más profunda, luminiscente, brillante, el espacio más amplio, atemporal…

Vitalidad:

Es una experiencia directa con una intensidad o poder inherente. Cuando esta sensación se expresa con los ojos abiertos se tiene la sensación de que la totalidad del mundo se despierta. Los mismos objetos se hacen más vibrantes y llenos de ser.

Es como dicen algunos maestros: el color es más color y el sabor es más sabor. Todos los sentidos se hacen más agudos y finos, percibiendo con mayor claridad:

Me hallo en un estado despierto. Tengo una fuerte consciencia del momento presente. Es como si fuera un perro guardián: todas mis percepciones están amplificadas.  Soy en la consciencia pero no hago otra cosa que percibir sonidos, olores, sensaciones en mi cuerpo. El tiempo parece estar suspendido…

Presencia:

La presencia hace referencia a una sensación indescriptible de que existe una fuerza que envuelve o cubre la totalidad del campo de experiencia. No es la presencia del propio yo sino de algo mucho más vasto…

Algunos lo llamarían plenitud… Una sensación de que, si bien no hay contenidos, tampoco hay soledad ni vacío, pues no hay agujeros ni falta nada:

Es el sentimiento de una ligereza brillante, conectada ilimitadamente al universo. Pura presencia sin una experiencia del ego. 

Existen muchas otras palabras que podrían ser empleadas para describir este extraordinario estado. Si lo desean pueden revisar directamente el libro de Metzinger para conocerlas. 

En cualquier caso lo más importante es ver cómo ninguna de estas descripciones son exactas, pues la experiencia misma es imposible de ser expresada totalmente con palabras.

Conclusiones:

La consciencia es el mayor milagro de la existencia. La vida misma solo tiene sentido en la medida en que es experimentada, ya sea con placer, amor o dolor… También ha sido un tema de constante controversia dentro de la ciencia, pues no parece poder ser reducida a un objeto común y corriente. 

Más bien, los estados de consciencia pura nos hacen ver cómo ella es la luz mediante la cual se hace visible todo objeto. Es la observadora. Aprender a cultivar este fondo puro de quietud en nuestra vida cotidiana nos permite experimentar una alegría y unidad con el universo sin precedentes…

Una existencia en plenitud.

Preguntas Frecuentes 

¿Cómo se puede mejorar la calidad de vida a través de la consciencia plena?

La práctica de la consciencia plena puede mejorar la calidad de vida al reducir el estrés, aumentar la atención y mejorar la salud mental. Al centrarse en el momento presente y reducir el ruido mental, se puede experimentar una mayor paz y claridad.

¿Qué técnicas de meditación son más efectivas para alcanzar la consciencia pura?

Existen diversas técnicas de meditación que pueden ayudar a alcanzar la consciencia pura, como la meditación mindfulness, la meditación trascendental y la meditación Zen. Cada una de estas prácticas ofrece diferentes enfoques para calmar la mente y acceder a un estado de presencia plena.

¿Cómo influye la consciencia en la percepción del mundo exterior?

La consciencia influye en la percepción del mundo exterior al proporcionar un marco a través del cual interpretamos nuestras experiencias. Una consciencia plena permite una percepción más aguda y vibrante de los colores, sonidos y sensaciones, enriqueciendo nuestra interacción con el entorno.

¿Cuál es la diferencia entre la consciencia y la autoconsciencia?

La consciencia se refiere a la capacidad de tener experiencias y ser consciente del entorno, mientras que la autoconsciencia implica una reflexión sobre uno mismo y sus propios estados mentales. La autoconsciencia permite una evaluación interna, mientras que la consciencia pura se centra en la presencia sin juicio.

¿Cómo afecta la consciencia a las relaciones interpersonales?

La consciencia puede mejorar las relaciones interpersonales al fomentar una comunicación más abierta y empática. Al estar más presentes y conscientes durante las interacciones, es posible entender mejor las emociones y necesidades de los demás, lo que fortalece los vínculos y reduce los conflictos.

Referencias

  1. Chalmers, D. J. (1996). The Conscious Mind: In Search of a Fundamental Theory. UK: Oxford University Press.
  2. Metzinger, T. (2018). The Elephant and the Blind: The Experience of Pure Consciousness: Philosophy, Science, and 5000+ Experiential Reports. USA: MIT Press.
  3. Nagel, T. (1974). What is it like to be a bat?. The Philosophical Review, 83 (4), 435-450.
  4. Varela, F. J., Thompson, E., & Rosch, E. (1991). The Embodied Mind: Cognitive Science and Human Experience. USA: MIT Press.

Despertando a la Filosofía

Este artículo forma parte de un proyecto liderado por Erick Güitrón, dedicado a explorar y difundir conocimientos en el ámbito de la filosofía. Además de artículos como este, el proyecto incluye un podcast, ebooks y servicios de consultoría, todos diseñados para profundizar en temas filosóficos y aplicar estos conocimientos a la vida cotidiana.

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Sobre el/la autor(a)

Erick Güitrón se ha dedicado el estudio de temas espirituales, metafísicos y existenciales desde joven, interesándose por comprender el mundo desde una multiplicidad de perspectivas complementarias. Una de sus mayores pasiones consiste en ayudarle a otras personas a descubrirse a sí mismas a través del empleo de herramientas psicológicas, filosóficas y contemplativas. Cuenta con estudios de licenciatura y maestría en filosofía, así como con una licenciatura en psicología.

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