¿Qué es la autenticidad? Una respuesta desde la filosofía

La autenticidad implica sentirnos cómodos en nuestra propia piel, actuando desde lo profundo del ser. Es una experiencia de libertad.

15/7/2024
·
9 min
·
Erick Güitrón
¿Qué es la autenticidad? Una respuesta desde la filosofía
Despertando a la Filosofía

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Existe una palabra en cada labio del mundo actual: autenticidad. Todo el mundo nos recomienda ser auténticos. En todas partes encontramos eslóganes en donde se nos pide encontrarnos a nosotros mismos. ¿Quieres ser próspero en tu carrera? Sigue tu vocación y todo estará bien. ¿Quieres encontrar el amor? Busca en tu corazón y hallarás a una persona ideal. ¿Estás desesperado por ser feliz? Solo escucha tu voz interior. 

No estoy necesariamente en desacuerdo con estas ideas. De hecho me parecen muy atinadas, al menos en su sentido general. El problema aparece cuando nos topamos con una serie de dificultades teóricas y prácticas al intentar seguir estos consejos. Por ejemplo:

  1. ¿Qué pasa si no me conozco a mí mismo?
  2. ¿Qué ocurre si en algún momento de mi vida comienzo a cambiar? ¿Cómo sé si  me estoy convirtiendo en mí mismo, al contrario, solo me estoy traicionando?
  3. ¿En verdad existe en mi interior una esencia eterna e inmutable?
  4. ¿Qué relación existe entre la autenticidad y las normas sociales? ¿Es necesario ser un rebelde o un inconforme para actuar de forma genuina en el mundo?

Estas preguntas nos hacen ver el lado más espinoso de este tema… Por eso he decidido escribir este artículo. Con él quiero permitirte entender de una manera mucho más profunda qué puede implicar vivir de una manera realmente auténtica. 

Ello nos llevará a dar un paseo filosófico realmente interesante. 

Definición de autenticidad. Originalidad, realidad y sinceridad.

Una parte de nuestra confusión al escuchar esta palabra consiste en no haber comenzado a reflexionar en torno a cómo se usa dentro del lenguaje cotidiano. Darle claridad a este sentido es una tarea del quehacer filosófico. Al hacerlo nos damos cuenta de cómo están presentes tres palabras clave: originalidad, realidad y sinceridad.

La primera de ella nos habla de una ausencia de convencionalidad, o del impulso creativo a quebrar cierto tipo de normas sociales, ya sea en el campo del arte, la ciencia o cualquier otro espacio cultural. Es algo muy idolatrado en el mundo contemporáneo, en donde cada persona parece buscar hallar una voz singular. ¡El estilo propio es algo muy anhelado! 

Por el contrario, a nadie le gusta sentirse como una copia. ¿Qué pasaría si te acusaran de imitar el modo de ser de otra persona? Probablemente te sentirías insultado. 

Y, sin embargo, nos resulta inevitable tener modelos ideales. ¿Cuántas mujeres comienzan estrictas disciplinas físicas o nutricionales con el fin de parecerse a una modelo? ¿Cuántos niños en barrios pobres podrían anhelar convertirse en narcotraficantes, si ese estilo de vida es exaltado de forma glamorosa en narcocorridos o series televisivas?

En esos casos el impulso natural de cada persona corre el peligro de ser reemplazado por una idea. Y esa idea se convierte en un muro capaz de frenar lo real.  

Este es el segundo término asociado al concepto de autenticidad. Si a la originalidad se le opone la copia, a la realidad se le enfrenta la irrealidad. ¿Y qué es lo irreal? Es lo aparente. 

Solo observemos qué ocurre cuando una persona oculta sus verdaderos deseos y pensamientos detrás de una máscara engañosa. Esa pose no termina de tener substancia. Es como si estuviera hueca. ¡Si le hacemos una prueba nos daremos cuenta de eso! No resistirá el experimento. 

Así, por ejemplo, podríamos tratar de testear la generosidad o el valor de un individuo famoso por esas virtudes. Tal vez esa fama solo sea un barniz muy fino, bajo el cual se oculta una gran pretensión. Siempre podemos ser engañados por pirita, o “el oro de los tontos”. Si le hiciéramos una prueba química la pirita quedaría revelada en su verdadero ser.

Finalmente, el esfuerzo por fingir una cualidad específica se vincula con la sinceridad. Se trata de una cuestión de verdad. Lo inauténtico no solo nos parece irreal o copiado, sino también falso… Pero en este caso no se trata de una falsedad lógica, sino vivencial, pues sentimos directamente su vacío. Y, en consecuencia, nosotros mismos también nos sentimos vacíos…

Todas estas palabras nos conducen también al sentimiento de un comportamiento natural. Este ideal fue fuertemente exaltado por artistas y pensadores románticos como Holderlin, Schelling o Goethe, quienes vieron el comportamiento auténtico en términos de intuición, creatividad y espontaneidad. 

Para ellos el ser auténtico se hallaba en el movimiento inconsciente y no en el pensamiento racional. En el afecto y no en el deber. El ser humano debía volver a encontrar a su niño interior, y, de esta forma, recuperar su capacidad para actuar más allá de su conciencia moral, religiosa o estrictamente lógica…

¿Existe un verdadero yo? El problema de ser uno mismo. 

¿Quiénes eres verdaderamente? Si te llegaran a hacer esta pregunta directamente tal vez responderías con una lista de palabras, o comenzarías a hablar de tu historia personal. Eso tendría sentido si estuviéramos preguntando por un conocimiento teórico, como al preguntar qué es un átomo o una molécula. 

La pregunta es si tu ser es algo capaz de ser capturado por una descripción. En mi caso personal solo he llegado a acercarme realmente a una persona cuando he entendido su experiencia. ¿Y cómo la he entendido? Porque he resonado con ella. Tal vez haya tenido vivencias similares, o de alguna forma su manera de ser me haya impactado a un nivel profundo. 

Eso mismo ocurre al conocernos a nosotros mismos. Nos percibimos a través de decepciones, victorias y sufrimientos, o al pasar por experiencias intensamente desoladoras, como muertes de familiares o duelos amorosos.

Esto también ocurre, por supuesto, en momentos de éxtasis y alegría arrebatadora, tal y como suele ocurrir en ciertas experiencias espirituales.  En esos momentos el ser propio estalla con lágrimas, risas o intuiciones novedosas. En esos momentos nos damos cuenta de qué estamos hechos. 

Frente a esas vivencias se queda pálida cualquier descripción. Repentinamente nos damos cuenta de cómo existe en nosotros un universo entero de posibilidades. Nos damos cuenta de cómo nuestra consciencia se expande y se expande. Por ello es que Heráclito, ese viejo ermitaño gruñón de Éfeso, habría dicho lo siguiente:

Ni aún recorriendo todo camino llegarás a encontrar los límites del alma, tan profundo es su logos. 

¿Entonces quiénes somos? Para mi es imposible responder esa pregunta a través de una explicación. Podemos tratar de hacerlo, mas en realidad solo nos estaremos engañando. El conocimiento de uno mismo no aparece cuando uno trata de buscar en su interior una serie de cualidades como “inteligente”, “serio” o “inocente”. 

No es que esas palabras no nos describan, pues probablemente sí lo hagan. La cuestión es que esas etiquetas solo son reflejos muy pálidos de lo realmente importante. No somos auténticos cuando seguimos esas cualidades como si se trataran de un guión. Más bien lo somos cuando realmente nos expresamos con todo nuestro ser en cada momento, sin timidez, exageración ni dureza. 

Entonces tal vez nos descubramos siendo serios y a la vez ingenuos, o divertidos y tranquilos, aunque previamente nos hubiéramos definido solo de una manera. La vida es muy sutil, está hecha de sutilezas. Pero no nos damos cuenta de eso cuando cada experiencia es encajonada en una palabra general, la cual solo nos limita. 

¿Entonces cómo sabrás si eres auténtico? Porque lo estarás siendo en ese momento. Eso solo se puede saber a través del ser, así como el amor solo logra ser conocido cuando nos enamoramos… 

El conformismo social. ¿Para ser tú mismo debes rebelarte contra la sociedad?

Algunas veces se confunde el inconformismo social con la autenticidad. El personaje del rebelde es exaltado culturalmente como una figura interesante por su desafío de normas sociales. En buena medida lo observamos al revisar la biografía de ciertos personajes célebres, como artistas excéntricos o revolucionarios sociales. 

No hay nada malo en cuestionar el funcionamiento del mundo. Es algo necesario para evitar su estancamiento y ponerlo a moverse… ¿De qué otro modo podrían surgir nuevos movimientos artísticos o se podrían modificar estructuras sociales sin sentido?

Sin embargo, el inconformismo perseguido por sí mismo no implica necesariamente estar viviendo desde el corazón. Muchas personas quieren crear algo nuevo solamente porque están buscando ser originales o crear una cierta impresión ante otras consciencias. 

Quieren ser percibidas de una cierta manera. 

Sin embargo, el punto no es romper una regla para formarse una apariencia como transgresor de reglas. Más bien se trata de aprender a despertar en ti una verdadera libertad. 

Si una convención o una manera social de ser está en sintonía contigo la sentirás como una forma de ser ajustada a tu ser. La sentirás como unos zapatos hechos para ti. 

Autenticidad y libertad. Aprendiendo a sentirte cómodo contigo mismo. 

La autenticidad está cercanamente relacionada a una experiencia de libertad. De hecho ambas llegan a confundirse en una sola vivencia de espontaneidad. Para explicar este tema siempre me remito a estados de flujo comunes, como aquellos experimentados durante el baile, el juego o el acto  amoroso con otra persona:

Son esos momentos en donde todo parece marchar por sí mismo, sin esfuerzo ni cansancio…

¿Qué implica esto? Sentir armonía entre cada aspecto del propio ser –emocional, intelectual o físico— y, también, con el resto del entorno. Cuando no se produce esta armonía se da más bien una suerte de discordancia, como cuando dos notas musicales chocan entre sí... 

Esto último ocurre si tu pensamiento es incoherente con tus emociones, o tu cuerpo no se sintoniza plenamente con el ritmo externo (tal vez de una atmósfera social, o de un individuo en particular). Eso pasa comúnmente cuando estamos en espacios en donde no nos sentimos libres para expresarnos. Entonces experimentamos torpeza y asfixia…

Es como dice Deleuze –un pensador cercano a mi corazón– al hablar del sentido de lo inauténtico: 

Estamos todo el día en discordancia. El estar en discordancia en una manera de ser en nuestros días de desdicha. Nada marcha (...) son las jornadas de lo inauténtico. Cada vez que voy demasiado rápido, me golpeo, cada vez que voy lentamente, resbalo. 

Nada marcha. Todo se siente pesado y con esfuerzo. Tal vez vayas muy rápido y te pegues o vayas muy despacio y te resbales… Eso nos dice Deleuze. Es como si no terminaras de hallarte cómodo porque hay ciertas partes de ti que se sienten extrañas, como si no debieran estar ahí. Como si estuvieran desajustadas. 

Sentirse falso es sentir que algo no está acomodado. 

Conclusión:

En este artículo he buscado mostrar qué implica vivir con autenticidad. En él no he buscado dar recetas o instrucciones acerca de cómo hacer esto. Ello es porque dar lugar a una forma de existencia libre implica jugar, experimentar y explorar activamente. Y eso solo lo puede hacer cada persona a través de su propia singularidad. 

La autenticidad implica una ética de libertad. 

Preguntas Frecuentes 

¿Cómo influye la autenticidad en las relaciones interpersonales?

La autenticidad en las relaciones interpersonales fomenta la confianza y la conexión genuina entre las personas. Cuando somos auténticos, mostramos nuestras verdaderas emociones y pensamientos, lo que permite una comunicación más abierta y sincera. Esto puede fortalecer los vínculos y reducir malentendidos y conflictos.

¿Qué papel juega la autenticidad en el desarrollo personal?

La autenticidad es fundamental para el desarrollo personal, ya que implica vivir en coherencia plena. Al ser auténticos, nos permitimos explorar y desarrollar nuestras capacidades y talentos únicos, lo cual contribuye a un mayor sentido de realización y satisfacción personal.

¿Cómo se puede practicar la autenticidad en el trabajo?

Practicar la autenticidad en el trabajo implica ser honesto sobre tus habilidades y límites, expresar tus perspectivas libremente y tomar decisiones alineadas con tu ser. 

¿La autenticidad siempre implica rechazar las normas sociales?

No necesariamente. La autenticidad no siempre implica rechazar las normas sociales, sino más bien vivir de acuerdo con tus valores e intuiciones, incluso si esto a veces va en contra de ciertas expectativas sociales. Ser auténtico puede implicar aceptar y cumplir con ciertas normas cuando estas están en sintonía contigo.

¿Cuál es la relación entre autenticidad y salud mental?

La autenticidad está estrechamente relacionada con la salud mental, ya que vivir de manera auténtica ayuda a reducir el estrés y la ansiedad asociados con la incongruencia entre nuestras acciones y nuestras verdaderas emociones y pensamientos. Ser auténtico permite una mayor autocomprensión y aceptación, lo cual contribuye al bienestar emocional.

¿Nuestra forma de expresa la autenticidad puede cambiar con el tiempo?

Sí, pues cambiamos y crecemos con nuevas experiencias. Ser auténtico significa adaptarse a estos cambios y seguir siendo fiel a uno mismo a lo largo de diferentes etapas de la vida.

¿Cómo afecta la autenticidad a la creatividad?

La autenticidad puede potenciar la creatividad al permitirnos explorar libremente nuestras ideas y expresiones sin temor al juicio o la conformidad. Cuando somos auténticos, estamos más dispuestos a tomar riesgos creativos y a pensar de manera innovadora, lo cual es capaz de llevarnos a la creación de obras originales y significativas. Nuestra misma se convierte entonces en una obra de arte. 

Referencias

  1. Bialystok, L. (2009). Being Yourself: Identity, Metaphysics, and the Search for Authenticity. (Doctoral dissertation). Canada: University of Toronto.
  2. Bayda, Ezra (2014). The Authentic Life: Zen Wisdom for Living Free from Complacency and Fear. USA: Shambhala Publications.
  3. Heidegger, Martin (2010). El ser y el tiempo. México: Fondo de cultura económica. 

Despertando a la Filosofía

Este artículo forma parte de un proyecto liderado por Erick Güitrón, dedicado a explorar y difundir conocimientos en el ámbito de la filosofía. Además de artículos como este, el proyecto incluye un podcast, ebooks y servicios de consultoría, todos diseñados para profundizar en temas filosóficos y aplicar estos conocimientos a la vida cotidiana.

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Sobre el/la autor(a)

Erick Güitrón se ha dedicado el estudio de temas espirituales, metafísicos y existenciales desde joven, interesándose por comprender el mundo desde una multiplicidad de perspectivas complementarias. Una de sus mayores pasiones consiste en ayudarle a otras personas a descubrirse a sí mismas a través del empleo de herramientas psicológicas, filosóficas y contemplativas. Cuenta con estudios de licenciatura y maestría en filosofía, así como con una licenciatura en psicología.

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