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En este artículo te ofrezco 15 frases filosóficas acerca de la soledad. Cada una de ellas es explicada de una manera profunda y rica. Mi finalidad es que no solo vayas pasando por una serie de pensamientos disconexos –como suele ocurrir generalmente en este tipo de artículos– sino llevarte por un viaje de autodescubrimiento por estas grandes reflexiones. Para ello saborea cuidadosamente cada frase y lee con cuidado los comentarios anexados.
El dolor de la soledad y la importancia de tener compañía
1. Una soledad perfecta es, quizás, el mayor castigo que podemos sufrir. Todo placer languidece cuando se disfruta sin compañía, y todo dolor se vuelve más cruel e intolerable. – David Hume.
Al considerar este pensamiento me resulta inevitable reflexionar acerca de cómo nuestras pasiones están íntimamente conectadas con el resto de los seres humanos. El dolor se nos presenta como algo aún más doloroso cuando no somos capaces de compartirlo con los demás, o cuando sentimos como si no pudiéramos hacer resonar nuestra tristeza con el mundo. Entonces nos concebimos como el único ser triste en todo el universo.
Posiblemente, ese es el motivo por el cual pasamos tanto tiempo escuchando música depresiva cuando estamos saturados por una gran cantidad de experiencias miserables. No queremos sentirnos solos. Buscamos refugio en el poeta, el pintor o el músico para darnos cuenta de cómo seguimos vinculados a otros seres humanos. Si es así, entonces el sufrimiento tiene sentido.
Miguel de Unamuno nos dice lo mismo en su poema “dolor común”:
2. Nunca separes tu dolor del común dolor humano, busca el íntimo aquel en que radica la hermandad que te liga con tu hermano, el que agranda la mente y no la achica; solitario y carnal es siempre vano; sólo el dolor común nos santifica. Miguel de Unamuno.
¿De qué manera nos expande el dolor común? ¿Por qué Unamuno nos habla de la vanidad de vivir así? En mi experiencia una emoción tiende a volverse más reflexiva, espiritual y comprensible cuando somos capaces de darnos cuenta de cuál es su propósito dentro de un horizonte de sensibilidad más amplio.
En ese momento deja de verse como algo azaroso, accidental o defectuoso. ¡En realidad es una parte esencial del ser humano, e, incluso, de otros seres sintientes! ¡En realidad es una parte fundamental de existir! Y en esa solidaridad abierta el padecimiento propio se vuelve mucho más profundo.
3. Necesitamos a los demás físicamente, emocionalmente, intelectualmente; los necesitamos si queremos saber algo, incluso a nosotros mismos. – C.S. Lewis.
Las sociedades actuales tienden a promocionar en gran medida el individualismo, dando lugar a una fuerte competición económica y cultural entre personas. En esa medida se suele adorar al “self made man”, o a quien superó toda una serie de dificultades personales y profesionales de manera autónoma, y, así, fue capaz de alcanzar el éxito. Por ese motivo se exalta la auto-suficiencia, como si al depender de otros estuviéramos renunciando a nuestro poder y libertad.
Al pensar de esta manera no nos damos cuenta de cómo nuestra identidad ha sido construida por otros. Aprendemos a vernos como otros nos ven. Nuestras mismas palabras –aquellas por las cuales nos descubrimos o nos entendemos— vienen de una cultura colectiva. Existimos en un flujo de información constante a través del arte, la ciencia, el entretenimiento, y, en general, una miríada de interacciones diarias con otras personas.
Esta cita de Lewis nos hace darnos cuenta de cómo nunca podemos estar totalmente solos. Incluso el ermitaño tiene en su consciencia a otros seres humanos, así como a otras tantas criaturas. Aún el desierto en donde se exilia está poblado por sus voces…
4. Me sentí en una soledad tan espantosa que contemplé el suicidio. Lo que me detuvo fue la idea de que nadie, absolutamente nadie, se conmovería por mi muerte, que estaría aún más solo en la muerte que en la vida. – Sartre.
El mundo está repleto de personas insatisfechas con su vida. ¿Por qué se sienten así? Tal vez porque no lograron conectarse con el mundo. No se conectaron con otras personas, ni con una vocación o una pasión socialmente valorada. En consecuencia, su ser parece limitado únicamente a su cuerpo. ¿Y qué pasa con el cuerpo? Muere, y, con él, muere también el mundo de ese individuo.
Tal vez por eso insistimos en dejar en el tiempo un legado. Es una manera de ser inmortales. ¡Si tan solo pudiera dejar un pedacito de mi mundo en esta tierra, entonces nunca moriré! En el fondo es una ilusión del ego, mediante la cual se aferra a seguir siendo reconocido por siempre.
5. La soledad me ha seguido toda la vida, en todas partes. En bares, en coches, en aceras, en tiendas, en todas partes. No hay escapatoria. Soy el hombre solitario de Dios. – Taxi Driver.
Es curioso darse cuenta de cómo podemos llegar a estar tan acompañados por nuestra soledad. Es como si ella se convirtiera en una amiga. Una amiga fría, vacía y dolorosamente indiferente, mas también muy presente. Es cierto, a veces su presencia llega a ser asfixiante. Nos sigue a todos lados, como bien lo dice Travis Bickle en Taxi Driver.
6. La tragedia del acto sexual es la virginidad perpetua del alma. – W.B. Yeats.
El acto sexual ha sido elogiado históricamente como un acto de unión con otro ser humano. Por ese motivo le hemos llamado “hacer el amor”. ¿Qué es hacer el amor? Es sentir como si el dolor de nuestra soledad carnal se adelgazara un poco al estar en contacto con otra persona. En esos momentos nuestros cuerpos cansados obtienen un respiro, y, por un momento, se sienten realmente comprendidos y amados por otro cuerpo.
El sexo es una manera de intentar superar nuestra sensación de ser individuos separados del mundo, tal y como habría dicho el filósofo francés George Bataille. Y frecuentemente ese anhelo se realiza, sobre todo cuando el acto sexual tiene un sentido realmente metafísico y espiritual. En momentos de mucho éxtasis realmente es posible sentir como si ambas personas se estuvieran fundiendo…
Y, sin embargo, muchas veces esta unión fracasa. Aún cuando triunfe, siempre es posible quedarse con el sentimiento de haber sido engañado, pues ese hermoso momento no curó por completo el sentimiento de soledad. Después de su abrazo desnudo, la pareja se da cuenta de cómo sigue estando separada.
Soledad y sensibilidad. ¿Por qué algunas personas se sienten tan solas?
7. Las personas solitarias tienden a ser solitarias porque se niegan a soportar los costos psíquicos de estar cerca de otros humanos. Son alérgicos a las personas. Las personas les afectan demasiado. – David Foster Wallace.
Existen personas particularmente solitarias. ¿Cuál es el motivo de este distanciamiento, tanto físico como emocional? Tal vez sean seres humanos extremadamente sensibles. Para ellas un susurro se convierte en un grito y una brisa ligera se transforma en un huracán. ¿Qué podrían hacer, entonces, en ciudades escandalosas, o en atmósferas emocionales saturadas por comentarios insensibles y miradas duras?
Este temperamento frágil ha sido descrito a lo largo de muchas épocas. En el mundo actual se le conoce como introversión. ¿Los introvertidos se sienten solos o tranquilos cuando se alejan de esta manera? Ambas posibilidades pueden ser ciertas en distintos momentos.
Después de todo, aún estos seres solitarios siguen buscando reconectarse con otros después de haber reposado en sí mismos durante un tiempo.
La soledad como una experiencia existencial. ¿Todos nos sentimos solos en algún momento?
8. Toda la convicción de mi vida ahora se basa en la creencia de que la soledad, lejos de ser un fenómeno raro y curioso, peculiar de mí mismo y de unos pocos hombres solitarios, es el hecho central e inevitable de la existencia humana. – Thomas Wolfe.
Por otro lado, también hay quienes han visto esa experiencia como una cualidad esencial de cualquier ser humano. Según Wolfe, si bien existen algunas personas especialmente propensas a buscar la soledad – o a sentirse solas, lo cual es diferente– todos estamos condenados a pasar por esta experiencia.
¿Por qué? Por el simple hecho de tener pensamientos, sentimientos o recuerdos inaccesibles para otros. A eso último se le conoce como soledad epistémica, o a la incapacidad para conocer realmente el interior más profundo de otro individuo.
¿Estar solo no es malo? Las ventajas de la soledad
9. Todo aquel que se dé cuenta de lo que es la vida humana debe sentir en algún momento la extraña soledad de cada alma separada; y luego el descubrimiento en los demás de la misma soledad crea un nuevo lazo extraño, y un crecimiento de piedad tan cálido que es casi una compensación por lo que se ha perdido. – Bertrand Russell.
La soledad epistémica va acompañada de una soledad metafísica, según la cual realmente estaríamos separados por un abismo insalvable. Desde este punto de vista no seríamos capaces de conocer realmente el alma de otro ser humano –o de otros seres vivientes– porque no somos capaces de ser ellos. No somos capaces de saber qué se siente ser mi madre, mi padre o mi pareja, así como no es posible ser un árbol o un camello.
Pero para Russell esta soledad no necesariamente es negativa. Al abrazarla y aceptarla somos capaces de abrir un nuevo y extraño vínculo: el de la soledad misma. (De ello mismo nos hablaba Miguel de Unamuno con su dolor común). ¿Qué ganamos al sentirnos acompañados en soledad? Ganamos amor y compasión por el otro. Aprendemos a ser humildes ante su experiencia, pues reconocemos nuestra incapacidad para comprenderla por completo.
10. Cuando estoy entre la multitud, vivo como la multitud, y no pienso como realmente pienso; después de un tiempo siempre parece como si quisieran desterrarme de mí mismo y robarme mi alma. – Nietzsche.
Un peligro latente de tener intensos lazos sociales es caer en el conformismo cultural. La persona aprende a adaptarse a los movimientos, gestos y pensamientos de otros, pues de lo contrario podría ser castigado por ellos. Sin embargo, el sentimiento de perderse a sí mismo en una masa anónima está presente en personas particularmente sensibles a su mundo interior. Ellas viven trágicamente este robo del alma al cual alude Nietzsche.
Esta sensación de opresión tiende a ser extremadamente notoria en sociedades totalitarias, en donde se busca apagar cualquier tipo de rebeldía contra el sistema ideológico, y, así, mantener a una población tranquila, obediente y perfectamente predecible. Cuando todos piensan igual es más fácil el control.
Por eso muchos han defendido el valor del ser solitario.
11. Gradualmente he visto la luz en cuanto a la deficiencia más universal en nuestro tipo de cultivo y educación: nadie aprende, nadie se esfuerza, nadie enseña, la resistencia a la soledad. – Nietzsche.
Frecuentemente la soledad llega a ser experimentada como algo sumamente desagradable. Muchas personas huyen de esta experiencia porque no quieren sentir su propia presencia. ¿Por qué? Tal vez porque temen encontrar algo amenazante en ella, o porque el mundo en general ha condenado los momentos de soledad. Cuando alguien se entrega a ellos suele ser juzgado como un individuo extraño, amoral u ocioso.
Resistir a la soledad implica también resistir el peso de nuestras propias consciencias. Según Nietzsche, nadie nos enseña esa habilidad.
12. A veces, en la quietud de la soledad, encontramos nuestra verdadera voz. Thomas Mann.
En soledad nos escuchamos a nosotros mismos con mayor facilidad. Si bien otras voces continúan habitando nuestras cabezas durante esos momentos (como podría ocurrir con el ermitaño o el prisionero en confinamiento solitario) también está más presente nuestro propio ser. Deseos, recuerdos, sentimientos amorosos o reflexiones repentinas reciben espacio para respirar y oxígeno para expandirse, encendiendo el autoconocimiento.
13. Es dulce, la soledad, mientras el camino de regreso a los demás permanezca abierto. Después de todo, no brillas para ti mismo. – Olav Hauge.
Si la soledad nos ayuda a encender el autoconocimiento, nuestro retorno con otras personas nos ayuda a compartirlo. Ese me parece el mensaje esencial en esta cita de Olav Hauge. Al descansar de otros nos permitimos una oportunidad para escucharnos a nosotros mismos, mas ese aprendizaje solo tiene valor cuando es posible regalárselo a otras consciencias.
Al reconectarnos con nosotros mismos nos conectamos mejor con el resto del mundo.
Soledad y ansiedad existencial. ¿Por qué le tenemos miedo a la soledad?
14. En la soledad crece lo que uno trae consigo, también la bestia interior. Por esta razón la soledad no es aconsejable para muchos. – Nietzsche.
Al escuchar a nuestro interior podemos llegar a descubrir una voz extraña e irritante. Tal vez no nos hable un ángel, un genio, o, al menos, un amigo, tal y como esperábamos. Posiblemente esa voz pertenezca a un demonio o un monstruo. Esa bestia –como la llama Nietzsche– está hecha de inseguridades, miedos o pensamientos autodestructivos. De ahí el motivo para tener cuidado con buscar un espacio silencioso y solitario. Ellas tienen el potencial de surgir en tales momentos.
15. No debes preocuparte por cómo el mundo habla de ti, sino por cómo te hablas a ti mismo. Retírate en ti mismo, pero primero prepárate allí para recibirte (...). Un hombre puede fracasar solo así como en compañía. – Montaigne.
Esta cita de Montaigne nos repite nuevamente algunas palabras de precaución. Quien quiera estar solo debe asegurarse de estar listo para recibirse a sí mismo en el seno de su soledad, aún cuando duela. En esos tiempos de aislamiento también es posible fracasar, o, en todo caso, no es estar a la altura del desafío heroico de enfrentarse con las partes más oscuras del interior. Es decir, con aquellas partes normalmente negadas por el ego, a las cuales Carl Jung se refería como “la sombra”. Muchas personas llegan a enfrentar fuertes episodios de depresión o angustia al abrirle una puerta a esas regiones de su ser.
Y si bien ellas tienen el potencial de desencadenar procesos curativos muy importantes –el amanecer tras una “noche oscura del alma” también es posible llegar a fracasar en ellos y enfermar más.
Conclusiones
Al revisar estos pensamientos nos damos cuenta de que la soledad es compleja y no se reduce a un solo sentido. Es posible estar físicamente solo y, sin embargo, no sentirse así. El motivo es que en esos momentos nos es posible llenarnos con la presencia de nuestro propio ser. En ese espacio-tiempo se nos ofrece el don de reflexionar y contemplar, aunque también abre una ventana a ideas y afectos con un carácter mucho más destructivo.
Por otro lado, la soledad también es terrible cuando nos sentimos excluidos del resto del mundo, sin poder resonar con él. Sin ser capaces de compartir con otras consciencias un pensamiento genial o un sentimiento apasionado… Entonces sufrimos porque no hallamos consuelo fuera de nuestra propia piel.
¿Acaso es posible superar nuestra soledad metafísica, o el abismo aparente entre unos seres humanos y otros? Tender un puente con otras almas es un anhelo muy común. Buscar una unificación con el ambiente es también una aspiración espiritual, y ha sido algo a lo cual se han entregado muchos místicos a lo largo de la historia. Se trata de ese momento en donde el cuerpo se fusiona con el entorno, o se siente plenamente inmerso en el espacio físico.
Si te interesa conocer más acerca de esa experiencia te recomiendo ver revisar este artículo, o mi libro solo filosofía de la meditación, en donde te explico detalladamente cómo se entiende este proceso de unirse con el entorno.
Preguntas Frecuentes
¿Cómo puede la soledad ayudarnos a conectar con nosotros mismos?
La soledad ofrece un espacio para la reflexión y el autoconocimiento. En estos momentos, podemos escuchar nuestra verdadera voz, comprender nuestros deseos y sentimientos, y explorar aspectos profundos de nuestro ser que suelen estar ocultos en la vida diaria.
¿Por qué la soledad puede ser vista como una experiencia necesaria?
La soledad es vista como una parte esencial de la experiencia humana. De acuerdo con Thomas Wolfe, es un hecho central e inevitable debido a la naturaleza introspectiva de nuestros pensamientos y sentimientos, los cuales son inaccesibles para los demás.
¿Qué papel juega la sensibilidad en la experiencia de la soledad?
Las personas altamente sensibles pueden sentirse más solas porque encuentran el contacto con otros emocionalmente agotador. Según David Foster Wallace, estas personas evitan las interacciones sociales debido a los altos costos psíquicos que implican.
¿Cómo afecta la soledad a nuestra percepción del dolor y la felicidad?
La soledad puede intensificar tanto el dolor como la felicidad. David Hume señala que el dolor se vuelve más cruel sin compañía, mientras que el placer se debilita sin alguien con quien compartirlo. La compañía humana es capaz de darle sentido a nuestras experiencias emocionales.
¿Qué beneficios puede traer la soledad cuando se maneja adecuadamente?
Manejar adecuadamente la soledad puede llevar al autoconocimiento, la creatividad y una mayor comprensión de uno mismo y del mundo.
¿Por qué algunas personas temen la soledad y cómo pueden afrontarla?
El temor a la soledad puede estar relacionado con el miedo a enfrentarse a uno mismo y a los pensamientos autodestructivos. Montaigne sugiere que prepararse para recibirnos a nosotros mismos en soledad es crucial para enfrentar estos miedos y encontrar un sentido de paz interna.
Referencias
- Svendsen, L. (2017). A philosophy of loneliness (K. Pierce, Trans.). UK: Reaktion Books. (Original work published 2015).
- Mijuskovic, B. L. (2012). Loneliness in philosophy, psychology, and literature. USA: iUniverse.
Despertando a la Filosofía
Este artículo forma parte de un proyecto liderado por Erick Güitrón, dedicado a explorar y difundir conocimientos en el ámbito de la filosofía. Además de artículos como este, el proyecto incluye un podcast, ebooks y servicios de consultoría, todos diseñados para profundizar en temas filosóficos y aplicar estos conocimientos a la vida cotidiana.