Los estados alterados (o no ordinarios) de la conciencia han sido reconocidos por múltiples civilizaciones a lo largo de la historia como una parte fundamental de su cultura y cosmovisión. Aunque el pensamiento occidental ha comenzado a ser más receptivo a estos estados, durante mucho tiempo fueron estigmatizados o considerados patologías simplemente porque no encajaban en su metodología científica dominante. Afortunadamente, con el tiempo, estos estados han comenzado a ser valorados en su verdadera dimensión, y estamos empezando a comprender que nuestro estado ordinario de conciencia es solo uno de los muchos modos posibles de interpretar e interactuar con nuestro mundo interior y exterior. Solo con esta apertura podremos acercarnos a una comprensión más completa de todos los estados que habitan en la psique humana.
Según Charles Tart, los estados alterados de conciencia (EAC) pueden entenderse como una desviación significativa del estado ordinario de conciencia que experimentamos en nuestra vida diaria. Estos estados son formas diferentes de percepción, emoción, cognición y autoconciencia, que pueden ser inducidos por diversas técnicas, como la meditación, la hipnosis, el uso de sustancias psicodélicas, entre otras prácticas. Los EAC varían en intensidad y en cómo afectan nuestra percepción, cognición e identidad.
Algunos ejemplos de estados no ordinarios de conciencia son:
1. Sueño y Sueño Lúcido
El sueño es un estado natural alterado de conciencia en el que la percepción y la cognición operan de manera distinta al estado de vigilia. Existen diferentes tipos de sueños (simbólicos, proféticos, curativos), y su interpretación puede tener múltiples propósitos (terapéuticos, revelación de sentimientos reales, impulso de la creatividad, etc.). El sueño lúcido es aquel en el que el soñador es consciente de que está soñando y puede controlar ciertos aspectos del sueño. Aquellos que practican el sueño lúcido son conocidos como onironautas, y esta práctica tiene raíces antiguas en culturas como la griega, india, hindú y budista tibetana.
2. Hipnosis
La hipnosis es un estado alterado en el que la atención se focaliza intensamente, y la persona se vuelve más susceptible a la sugestión. Se utiliza tanto en terapia como en investigación para explorar la mente subconsciente. En este estado, la persona hipnotizada puede experimentar cambios significativos en su percepción, memoria y comportamiento, respondiendo a las sugerencias del hipnotizador de maneras que no serían posibles en un estado de vigilia normal.
3. Meditación Profunda
La meditación profunda es un estado alterado de conciencia en el que la mente se aquieta considerablemente, permitiendo que la persona experimente un alto grado de concentración, paz interior y, en ocasiones, una sensación de conexión trascendental con el universo. Este estado se caracteriza por una reducción de la actividad mental ordinaria y un enfoque intenso en el presente o en un objeto específico de meditación.
4. Trance Inducido por Sustancias Psicoactivas (Psicodélicos)
Tart estudia el uso de sustancias psicodélicas, como el LSD, que pueden producir estados profundamente alterados de conciencia, incluyendo cambios en la percepción sensorial, el pensamiento y la identidad. El consumo de psicodélicos puede ayudar a alcanzar un profundo conocimiento de la psique si se canaliza adecuadamente con ese propósito.
5. Éxtasis Místico o Espiritual
Para Charles T. Tart, el éxtasis místico es un estado alterado de conciencia que proporciona una visión directa de la unidad y la divinidad subyacentes a toda la existencia. Es un estado de realización espiritual que trasciende las limitaciones del ego y ofrece una profunda comprensión de la interconexión de toda la vida. Tart considera que este estado es un aspecto esencial de la experiencia humana, con un profundo impacto transformador en quienes lo experimentan.
Charles Tart concluye que los estados alterados de conciencia son una parte integral de la experiencia humana y merecen ser estudiados con seriedad tanto desde el punto de vista científico como filosófico. Asimismo, aboga por un enfoque equilibrado y respetuoso al explorar estos estados, reconociendo tanto su potencial transformador como los riesgos asociados.